cinco de siete

Hacía tiempo que no me marcaba una semana con 5 días de entrenamiento... y esta última semana ha roto la racha negativa. En cinco sesiones, por tanto, se ha dividido la semana: dos de carrera y tres de bicicleta.

Las de carrera se han caracterizado más por el calor que por otra cosa. Ambas dos de 12 kms con un común denominador: las ganas de que terminasen casi antes de empezar. La del lunes no fue excesivamente calurosa, pero la del viernes por la noche fue un infierno. Tal fue así que a las 22h15' me encontraba a mi mismo debajo de una fuente duchándome, literalmente, para aplacar un poquito en calor sahariano que nos haría compañía en la jornada del sábado. Jornada, por cierto, dedicada al entrenamiento regenerativo, es decir a dormir y a no escuchar al despertador por un día,

El resto de días, como os decía dedicados a la bici. Martes 62kms con un viento muy pestoso y muy fuerte que hizo que la subida a Soto fuese más una peregrinación que otra cosa, Jueves 45 kms robados a un ratito del día y ayer domingo 91kms. La idea era alargar un poco más la salida, de hecho la tarde del sábado la pasé con la idea en la cabeza de hacer una gran salida de + de 100kms, pero el hecho de no haber cenado en condiciones la noche anterior y que el compañero de salidas tampoco tenía el día alegre hizo que subiésemos un par de piñones, nos olvidásemos de puertos y nos fuimos a Bustarviejo a tomar una Coca-Cola bajo una sombra de lo más agradable. A la vuelta las ganas aparecieron y los últimos 30 kms fueron algo más alegres, justo para llegar a tiempo de bajar a la piscina con el enano a darnos un chapuzón.

Servidor, pensativo

En la foto véis también a J.J. Salinero, que se tuvo que dar la vuelta porque no fué capaz de aguantar nuestro endiablado ritmo :-)))))... cómo va el cabrón, está como a tres o cuatro galaxias de nosotros... imagino que será la bici :-p

Mac y Salinero