Lo primero el adios de Armstrong al Tour, no se le vió cómodo en la etapa del sábado, una etapa de supuesta media montaña, pero que el calor parece que la hizo más dura de lo previsto. Ayer, cuando la cosa se puso algo más seria se descolgó y abandonó la carrera mentalmente. Es innegable que ha demostrado mucho pundonor desde su vuelta, pero los años y cómo te recuperas de un día para otro ya no es igual que cuando tienes 30 y pocos años.
Y lo segundo es la actúación de Alberto. No sé, me pareció muy raro que fundiese a Dani Navarro de esa manera y no atacase. Y aunque no hay que fiarse 100% del gesto del ciclista a Andy Schleck se le veía muuuuy bien, cosa que se refrendó cuando atacó y Contador éste se tuvo que sentar en el sillín perdiendo 10 segunditos más. Distancia que es todavía recuperable en una crono larga como la que cierra el Tour, pero las sensaciones no parecieron a las que nos tiene habituado el madrileño.
Y el amigo Evans sigue ahí... no perdió la rueda de los favoritos, y éste sí que es mejor contrarrelojista. Imagino, de todos modos, que la cosa se le pondrá más fea cuando se pongan a cara de perro Andy y Alberto en los Pirineos, porque ayer sólo fue un primer asalto.
Por lo demás unas imágenes flipantes de los Alpes en alta definición con la que nos regala la vista la televisión francesa. Sólo por eso merece la pena sacrificar la siesta.
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Servidor, tras una semana en blanco por la lesión en la espalda en la que sólo pude correr el lunes, para joderme del todo, y nadar como 1k (sí sí, nadar... para que veáis lo desesperado que estaba), pillé el fin de semana con ganas. Dos salidas de bici con una fantástica el sábado de 90k subiendo ya a Bustarviejo en condiciones y otra el domingo más cortita (70k) para llegar a casa a la hora de desayunar con los deberes hechos. Parece que vamos recuperando el golpe de pedal.
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