Tuesday, April 19, 2011

Mapoma 2011, un maratón raro.

Cuando decidí preparar el MAPOMA de este año confluyeron dos factores fundamentales, a saber, la buena carrera de Fuencarral espoleándome a entrenar un mes y pico algo más duro y el sosiego temporal en la vida laboral/familiar que hacía de la preparación de esta edición la más fácil de asumir en casa en los últimos 4 años.

Estos factores y el encontrarme bien en el mes de marzo trajeron como consecuencia un mes de entrenamientos consistentes haciendo énfasis en los kms más que en la calidad. Eso sí, el rendimiento, quizás somatizado por la cercanía de la prueba, decreció mucho las dos últimas semanas acusando cierto cansancio y saturación mental.

Y es que a Mapoma hay que llegar con ganas de correr tanto física como mentalmente. Cualquier atisbo de flaqueza en cualquiera de estas dos dimensiones se paga con creces en carrera, antes o después, pero se paga.

Después de los problemas del año pasado en la salida, dónde me coloqué muy atrás debido a la cagada de mezclar las pruebas de 10 kms y maratón este año fuí con mucho tiempo y sólo tardé 14segundos en salir. Mucho rato, en la espera a que sonase el pistoletazo, dándole vueltas a la cabeza. Han sido cuatro años seguidos corriendo Mapoma y el hecho de estar allí y saber qué me espera en cada metro de los 42,195kms me hacía sentirme como Bill Murray, atrapado en el tiempo.
Suena el disparo de salida, enseguida empiezo a correr bien, el globo de las sub 3 sale disparado y decido pasar de él. Otra vez la subida por la Castellana, otra vez el desvío en el Bernabeu, otra vez todo... no vas concentrado Sergio, no vas concentrado... Paradójicamente, a pesar de la comedura de coco, el reloj va siempre por debajo del ritmo previsto y voy muy cómodo, pasan los kms como si tuviesen 800 mts y alcanzo al globo de las 3 horas pasado el primer tercio de la carrera en menos de una hora.

El calor nos está respetando, yo prefiero más frío, pero no me puedo quejar... coño, la puerta del Sol ya, nos vamos para Bailén que la organización nos ha preparado una emboscada haciéndonos pasar por el túnel debido a una procesión de Semana Santa... bien, qué simpáticos.


De camino a Bailén. Fotos Locomotoro



El medio maratón está a sólo un paso (1h29'), las ganas de coger el metro y pirarme a casa no se disuelven hasta que enfilando la casa de campo me cabreo conmigo mismo y me digo "mira, vas con el globo de las 3 horas muy cómodo, como habías previsto, como se te ocurra pensar en abandonar, después de todos los kms que te has metido entrenando y la lata que has dado en casa... calla, concéntrate y corre, capullo". La cabeza se aclaró y seguimos haciendo a lo que habíamos venido, a correr.

No me gusta la Casa de Campo, pierdo siempre todas las referencias, me parecen todas las avenidas iguales. Este año no fue tan bestia negra como otros, pero sí tuve que tirar de cabeza. En el km 28 todavía seguía en sub 3 (1h59 creo recordar), pero el ritmo, aunque la mecanización de la zancada seguía siendo consistente, se empezó a resentir. No era problema, los entrenos (las últimas 2 semanas el ritmo de los mismos fue demasiado bajo) me situaban por encima de la barrera de las 3 horas, realmente no me estaba alejando mucho de las previsiones.

Encaro ya la civilización de nuevo, no voy mal, de hecho recupero alguna posición. Me mentalizo para la primera gran cuesta de las que adornan en final. Joder qué duras son, pero el ritmo no se derrumba y pasito a pasito vamos restando kms hasta la línea de meta.

La entrada en el Retiro es lo que justifica esta carrera, no llega a un km, pero la animación, el perfil favorable, la emoción del momento y el grito de ánimo de los tuyos, Nuria y los dos peques, hace que vueles, en mi caso a menos de 4m/k. Veo el crono a lo lejos, voy a hacer 3h05', mi segunda mejor marca, un par de minutos arriba/abajo de lo que podía hacer... todo bien, todo sobre lo previsto. Tras el descalabro del año pasado me he vuelto a acercar a la dichosa barrera, barrera que no termina de caer. Un semiéxito o semifracaso, no sé cómo definirlo, que me deja frío, algo indiferente la verdad.


Kilómetro 41, Cancellara style legs :). Foto Locomotoro




Volando a menos de 4m/k (Garmin dixit) con 42 kms en las piernas, porque yo lo valgo.


Han sido unos 42kms raros, venciendo a la cabeza gran parte de ellos, mucho más difícil de vencer ésta que a las cuestas al final de la carrera. ¿lo mejor? sin duda, dejando el crono a parte, estas tres últimas ediciones las he terminado muy bien físicamente casi sin secuelas posteriores. Las piernas van evolucionando y el motor también. La épica de terminar destrozado y no poder andar al día siguiente se la dejo a otros.

El año que viene el MAPOMA ya no será MAPOMA. La organización cambia y la asume una empresa americana entiendo que con la misión de relanzar el maratón de esta ciudad, de capa caida y con la sombra de Barcelona como maratón español con más participación. No sé si conllevará cambio de fecha y/o cambio de recorrido... no lo sé, ni siquiera sé si lo correré y si podré prepararlo. Pero quizás el cambio de organización sea un pequeño revulsivo para volver a afrontar el maratón de mi ciudad con el cariño que se merece.

2 comments:

AntonioG said...

Muy bueno el post. Desde luego 3 horas dan para mucho y si la mente no ayuda se hacen eternos.
Espero que la nueva organización cambie la fecha, acercándola al invierno, se agrade el fresquito...

Macario said...

Como ya te dije, 3.05 en Madrid es un tiempo cojonudo, que no deje frío.

Ahora, a dar pedales, lechón.