Se acabó el europeo

Se acabó la semana oasis en la que sólo echan atletismo por televisión. Habrá que esperar al año que viene para el mundial en Japón.
No voy a entrar en la discursión aburrida de las medallas del equipo español, de la posición en el medallero por muy buena que haya sido... me quedo con las imágenes grabadas en la retina que regala este deporte. Desde la plasticidad de los saltadores de altura y longitud, pasando por la fuerza brutal de los lanzadores y terminando, como no, por la facilidad para correr que demuestran los que realmente corren y no, como dice un amigo, estropean el suelo, que es lo que hacemos muchos :-).

Y es que me parece fascinante esa plasticidad, esa manera de subir los talones casi hasta el cogote, la capacidad de sufrimiento para arañar unas milésimas, ese pisar con las punteras, la facilidad con la que los obstaculistas saltan la ría a menos de 3'/km... Me encanta este deporte, lo amo con pasión, reconozco que fuí uno a los que se les cayó una lagrimilla viendo a Bekele correr el último 400 de la final del 10mil en los pasados juegos de Atenas. Para los que nunca correremos así sólo nos queda esperar a que llegué el verano y poder deleitarnos con la grandeza de este deporte.