La semana después

Ya ha pasado una semana de los 42kms. Es curioso analizar lo que sucede después de un evento en el que liberas endorfinas y tensión a cascoporro en poco más de tres horas. Ya me pasó el año pasado, tras la carrera estás con un subidón tremendo en el que te encuentras con fuerza en el coco como para darte otra vuelta a los 42kms, subir Morcuera con el 52 y apuntarte a toda carrera que ves en el calendario. Pero, a medida que pasa la semana, el cuerpo se relaja y la mente, ya sin la tensión de tener que buscar huecos para entrenar, se da cuenta de lo bien que se está quitando de la ecuación diaria el parámetro entreno.

Es entonces cuando las alertas bajan y con ellas las defensas y como resultado pues catarro al canto que unido a los primeros brotes de alergia hacen que esté hecho una penita y con una tos que todo el mundo me mira preguntándose "¿esté no habrá estado en México últimamente?"

El caso es que parece que llega ya el calor y la época mala para mi, el brote primaveral. Es tiempo ahora de coger la bici lo que se pueda, que será los fines de semana y algún día entresemana si los astros se alinéan correctamente. Y los huecos que quedan pues a correr un poquito para que no se nos olvide :), pero todo esto sin estrés, si se puede bien, si no, pues nada. Es justo esta semana cuando me he dado cuenta lo que me ha costado sacar las horas para este Mapoma.

En la cabeza rondan nuevos proyectos, espoleados por las buenas sensaciones que me dejó el asfalto madrileño y con todo lo aprendido para llegar a éste. Pero como no se puede más que pensar a corto plazo, por ahora lo dicho: a disfrutar.