Y mira que soy de todo menos un buen escalador. Mis setenta y muuuuuchos kilos y mis patorras de futbolero no ayudan a subir con agilidad ningún puerto. Pero donde falta la genética se pone el corazón y cuando la gravedad te recuerda que te sobran 5 kilos para subir como te gustaría el placer de ver como se mancha el tubo horizontal con tu incesante sudor dibuja una sonrisa en el rostro y te hace seguir dando pedales.

Es por eso, que obviando el más que patente bajo estado de forma, con el objeto de despedir los 34 años en condiciones, trazamos una preciosa etapa en inmejorable compañía. Nada que no hayamos hecho ya muchas veces, pero que puesto en conjunto y con el ritmo adecuado conformaron los 100kms que más disfruté en mucho tiempo.
La subida a Morcuera desde Guadalix a ritmo exigente volviendo por Rancajales exprimiendo las energías que quedaban fue el cóctel que nos bebimos el sábado por la mañana y que, al menos a mi, me dejó con una sonrisa en la cara todo el día.
**********************************
Vaya final del Tour, quién iba a pensar que iba a estar tan reñida la cosa en la crono final. Hasta los nervios pudieron con Contador y casi la caga. Finalmente el destino ha querido que gane el Tour por 39 segundos, 39, justo los que ganó por la salida de cadena de Andy. Suceso que no creo que se le olvide a ninguno de los dos.
El año que viene... más.
No comments:
Post a Comment