Tuesday, September 05, 2006

Con la camiseta por fuera

El baloncesto fue mi deporte de adolescencia. Horas y horas jugando en el parque con los colegas. Partidos a 5 canastas. El que ganaba se quedaba jugando y el que perdía daba paso al siguiente equipo. Y así hora tras hora, tarde tras tarde de esas lejanas vacaciones de 3 meses. Ajeno a cuál sería mi afición deportiva en el futuro, estropear el suelo corriendo.
En las antípodas de mis gustos está el fútbol. Por una parte está el deporte en sí, terriblemente aburrido y por otra parte la arrogancia, altivez y complejo de divo de sus protagonistas (me la suda generalizar, todos sabéis de lo que hablo).

A mi cerebro le sigue pareciendo paradójico cuando ve una concentración de un equipo futbolero y todos salen con sus trajes de diseño, sus gafas de a mil pavos el par, pelos engominados y se marchan a casa con coches tan grandes como el salón de mi casa. Paradójico porque no me casa con lo que yo entiendo que debe ser el espíritu que debe rodear a un deporte, sea cual sea éste.
Es por eso que ayer, cuando vi a la selección de baloncesto llegar a Madrid mi alegría fue doble, primero por haber conseguido el campeonato del mundo y segundo porque en esos chavales desgarbados, sonrientes, en vaqueros y con la camiseta por fuera nos veía a nosotros, a mis colegas y a mi, disfrutando de unas canastas en el parque de la city para luego irnos a tomar algo por ahí con el Seat Ronda (el crono, eso sí :-)) ) de Nacho.


2 comments:

Spanjaard said...

Aquellos días de cancha en las pistas Galicia, aún con la resaca de ver a Russell y Pinone dando estopa por un lado, a Nate Davis y a Lavodrama por otro. Pachanga tras pachanga. Sergio, un día tenemos que echarnos un unoxuno.

Sergio said...

Cuando quieras... que ganas tengo