La cintilla de lomo

El escaqueo de entreno del jueves no podía quedar impune y ya que me queda una semanita escasa antes de un descanso en esto del correr para recuperar fuerzas hay que echar el resto dentro de las posibilidades que deja la familia, el curro y el cansancio acumulado.

Así pues, el viernes, después de la primera cabalgata a la que va el enano -reconozco que me tengo que esforzar porque como tenga que infundirle yo el espiritu de estas fiestas al enano vamos listos- y una charla en la calle con el amigo Manuel aka Strider (corredor montañero killer con todas las ediciones de los MAM en sus patas) que venía de los mismos menesteres, pasadas las 20h salgo para una horita de tute. Calles vacías, fresco, pero nada de aire... una hora para casi 15kms, pero la cadera se resiente.

Al día siguiente, a las 13h30... la calles vacías también, pero porque la gente a esas horas come. 12 kms en 50minutosy ¡en manga corta! ¡el día de Reyes! Posteriormente me ducho, me pongo a comer y al levantarme de la mesa y dirigirme a la cocina me descubro a mi mismo cojeando... mierda. Me toco en la zona de la cadera y parece la cintilla ilitobial. Víctima de mi pronación y de zapatillas desagastadas parece que se resiente.... estiro en el suelo toda la tarde y esta mañana parece que molesta menos, pero la molestia continua.

Terapia: estiramientos y mañana a renovar calzado... y en una semana descanso de asfalto por un tiempo.