Tuesday, May 22, 2007

Doping

Estaba yo el domingo por la tarde con mi sobrino, de 9 años él, viendo la final del torneo de Hamburgo entre los cansinos de Nadal y Federer (cansinos porque son siempre ellos quienes juegan la final). Al perder Nadal, mi sobrino desolado por la derrota del español me suelta:

- Igual Federer se ha tomado algo de éso que se no se puede tomar

- ¿Cómo? Le contesto, aunque ya sabía yo por dónde iban los tiros

- Sí, como lo que se tomó el ganador de la última vuelta a Francia que al final le descalificaron.

Curioso, pensé, hasta un chaval de 9 años ya da por hecho que la "presunción de culpabilidad" en el deporte de élite es lo más normal del mundo. Y no es para menos, las siguientes noticias en la tele eran referidas a las acusaciones de doping a Pereiro y al juicio de Landis. Todo esto unido al circo mediático que se está montando con la operación puerto, la pantomima de Basso los controles a 50 aficionados que dan anormalmente altos de hematocrito... hace que hablar de deporte profesional simplemente apeste.
De hecho apesta tanto que incluso a niveles de conversaciones con los colegas el secretismo es acojonante. "Tú ve el ciclismo como el que ve una película con sus efectos especiales" o "los que se chivan son unos inconscientes, mucha gente come del negocio del ciclismo"son las respuestas que obtienes si preguntas a alguien cercano que sabe sobre el tema. Imaginaos lo que se debe cocer si obtienes estas respuestas. Se ha llegado a un punto en el que aunque mueran deportistas por excesos químicos nadie dice nada ni nadie protesta, ni siquiera los propios ciclistas. Y recuerdo que los ciclistas se manifestaron enérgicamente cuando les obligaron a llevar casco.

Con esto no quiero decir que el deportista (por no ceñirnos sólo al ciclismo) sea el -único- culpable. Se han demostrado amenazas contra los que han querido hablar, el caso más cercano el de Greg Lemmond. Pero sí es cierto que son los deportistas (los que están limpios, que seguro que los hay, y los que no lo están) los responsables y los que han de ser los detonantes de una limpia del sistema desde lo más alto. Y no hablo de acciones puntuales de asomar la cabeza y volverla a esconder, sino de acciones radicales contra los que parecen ser los máximos culpables, los que ponen la pasta. Si ésto no sucede hay dos salidas: que el deporte se pudra directamente o que se legalice o flexibilice el doping como pasa por ejemplo en la NBA. Sería lamentable llegar hasta este punto, hemos de pensar en los chavales que en un futuro quieren dedicarse al deporte profesionalmente y cuya única salida sea saber que se tienen que drogar para cumplir su sueño.

Nota.-buscando el enlace de la noticia de Greg Lemond ésto es con lo primero que me he topado: "Un ex compañero de Ullrich revela prácticas de dopaje en el Telekom". Es más, de 7 noticias en la portada de ciclismo en elmundo.com sólo 2 no están relacionadas con el dopaje...

4 comments:

Macario said...

Yo me he sentido tantas veces engañado que ya intento no vibrar con ningún deporte de los que antes me emocionaban. Recuerdo ver en pie en mi casa las últimas curvas de Alberto García, los demarrajes y exhibiciones de mil ciclistas luego cazados. Y mira que persisto en mi ingenuidad, el áño pasado aún me emocioné viendo los huevos de Landis, que parezco nuevo.

En fín, mirémonos un poco el ombligo y admirémonos a nosotros mismos, que curramos, calzoneamos y nos gastamos perras en hacer deporte renunciando a otras cosas. Aupa el ego!!!

Spanjaard said...

Macario, que te emociones viendole los huevos a un ciclista es preocupante. Te voy a llevar yo a un par de sitios en el barrio rojo....

Anonymous said...

Luis,

es normal que Marcos se ponga berraco... :-)) hay que reconocer que entre todos los huevos de los aquí escribientes no juntamos la testosterona de los de Landis.

Macario said...

Me habéis pillao!!! tantas horas en L'Ampolla con un sillín "entry-level" me han cambiado los gustos, je je